La verdad de las cosas, no tenía idea de cómo empezar esta crítica. Es cierto, esperé harto esta secuela, le tenía fe y esperaba ese brutal encuentro entre Lolo Sherlock y el Profesor Moriarty. ¡Elemental mis queridos Doko lovers!
Pero empecemos por un principio. Sherlock Holmes: Juego de Sombras es la secuela de la primera entrega que data del 2009. Basada en las novelas del británico Arthur Conan Doyle hace más de 100 años. Las novelas tenían todo el doko que la época exigía: un detective que colaboraba con el Scotland Yard de mente muy audaz, increíblemente inteligente y deductivo, y capaz de resolver los misterios más enredados – Awesome -, junto a su fiel sidekick el Dr. Watson
Me imagino el desafío que Guy Ritchie (Ex Madonno) tuvo por delante al momento de decidir llevar a la pantalla grande a este personaje:
En primer lugar habían pasado más de 100 años desde la publicación de los primeros libros. Eso más el más de medio siglo que lleva la industria de Hollywood en pie, la evolución de cómo se presentan las historias y demases hacen muy difícil poder adaptar la historia tal cual; ya que carece del carácter contemporáneo que tienen otras, como Harry Potter. Seguramente pensaron que el cambio era necesario, con el protagonista por ejemplo; pasando de esto
A esto:
Como segundo punto está Hugh Laurie como Dr. House (Si usted no sabía que esta serie está inspirada en Sherlock Holmes no es mi culpa, porque todo queda muy obvio - ooooseea). La serie plasma casi todas las características del personaje; incluso su dependiente relación con Wilson (Watson); su carácter, adicción a las drogas, mente deductiva, etc. En la serie hay muchas cosas casi iguales que el público más fiel a las novelas de Conan Doyle pueden apreciar (para qué nombrarlas todas) y que se agradecen; sin poner en riesgo la identidad del personaje al profundizar sus conflictos emocionales que le dan ese gustito rico a la serie.
Ahora, empecemos a desmenuzar este pollito para que puedan entender de mejor manera el conflicto interno que casi me llevó a la desesperación cuando salí de la sala. Partamos por lo “elemental”
Lo bueno: Lo que se repite sin duda de la primera entrega y que resultó ser una buena decisión fue el casting de los dos protagonistas. Mantienen una química a todo Doko y los diálogos entre ellos resultan bastante entretenidos. Aunque esta vez resulta que le pusieron más cuática y las palabras parecían bastante más rebuscadas que la vez anterior. Quizá la razón recae en el antagonista, al querer ponerse un poco más a la altura y a la complejidad de la misión que se les avecinaba. Doko para Robert y Jude.
Lo otro que me gustó fue el hermano mayor de Sherlock. Mycroft (sin Soft) interpretado por el gran Stephen Fry (que, por si no sabían, es el mejor amigo de Hugh Laurie – LOOOOOOOL). La idea de poner a este personaje, era dar a conocer un poco más al público una luz de lo que es el pasado de Lolo Sherlock; resultando ser un comic relief con todo el Doko, ya que me reí caleta con algunas de sus escenas (la del mayordomo la lleva)
Y por último, el acto tercero y final bastaba para que sólo eso fuera la película. Guy Ritchie debió pensar que la embarró con tanto enredo, palabrotas raras que no todo el público entiende, y otras cosas feas que me desagradaron, e hizo un desenlace a toda madre. LA escena de acción era buenísima, concisa e inteligente; en el sentido de que el enfrentamiento entre Lolo Sherlock y Don Moriarty se divide en dos (oh yeah). El físico tiene todo el doko del mundo, ya que podemos ver cómo la mente enferma de este tipo no tiene límite, las palabras y conflictos se entienden a la perfección y trae un LOL respecto a un pescado.
En segundo enfrentamiento es mental, y acá los lectores de Conan Doyle morirán de un infarto y se van a hiperventilar con cuática. Nunca esperé lo que pasaría, tenía el corazón más apretado que bolsillo de jesuita y los ojos me dolieron después de tanto ver la pantalla sin pestañar. Es la escena que vale la pena ver y pagar la entrada; en 3D los dos enfrentamientos hubieran quedado a toda madre. En ese sentido Jared Harris se lleva todo el Doko de la película. Su interpretación del Profesor Moriarty es limpia y convence un 100%. Lo mejor de la cinta, sin duda.
Lo malo: Volvemos al tema de la falta de guión de los dos primeros actos. Lo más divertido del asunto era que las palabrotas rebuscadas compensaban el nulo guión existente en los 2 primeros actos de la película. Si recuerdan, en la primera película, los diálogos, los chistes, hasta el villano era más simple, ya que al momento de descubrir el meollo del asunto, al público le quedaba bastante claro y todo calzaba (pollo). Pero ahora la cosa se puso turbia y la acción de fue al tocino… heavy. O sea, con decirles que extrañé los momentos de locura de Holmes, y no entendía porque cada vez el Lolo era más un acción hero que un detective – más que un ser humano dotado de inteligencia, era un infrahumano que podemos ver en cualquier otra película de dudosa calidad.
Aunque igual existió harta crítica por el hecho de poner al Lolo Sherlock como un tipo atlético (a cagar), más joven de lo que se describe originalmente, y bastante más dotado de ciertas cosas que las féminas agradecemos. Pero en los dos primeros actos parece estar perdiendo la escancia bastante, y eso es desagradable – miré el reloj varias veces, no entendiendo nada y sólo quería saber qué diantres pasaba.
En el segundo acto, Chico Watson pregunta: ¿Qué está pasando?, enfurecido. En ese momento casi me levanto a aplaudirle, porque me sacó las palabras de la boca. Comprendió el hastío del público y me dieron ganas que fuera mi mejor amigo (Awww). Watson también salvó en los dos primeros actos con el desarrollo de su historia personal, que realmente eran agradables y con las partes graciosas. Doko para Watson.
Los actos primero y segundo son TOTALMENTE prescindibles, por cosas malas y feas. Me aburrí ene, y con suerte ponían un chiste semi bueno que acababa con esa sensación por sólo una par de segundos. Sherlock Holmes merece más que ser un héroe de acción genérico. Si yo fuese Robert Downey Jr. Exigiría una explicación. #Corta.
Y por último, tenemos la introducción de la película. Decae de sobremanera en comparación a la primera película; que te atrapaba y era una secuencia de acción y misterio bastante buena y no tan densa. Esta vez es lenta y donde ocurre una de las cosas más feas de la película que desarrollare más adelante. Mal.
Lo Feo: Esto es FEO, FEO, FEO y hambriento. ¿Se acuerdan de Irene Adler? Bueno, en la primera película ella era la horma en el zapato de Lolo Sherlock y su interés romántico imposible porque antagonizaban un montón de situaciones que era poco lógico que se rejuntaran así románticamente (aunque igual existía esa cosita rica entre ellos). En la primera película se descubre al final que ella trabaja para el profesor Moriarty y todo queda listo para ver qué pasaba en la secuela.
La cosa que cuando salió la publicidad de esta película vimos que existía otra mujer que al parecer tomaba un rumbo protagónico femenino. Lamentablemente no se trataba de Rachel McAdams, sino de una actriz extranjera que hizo las películas de las novelas Millenium: Noomi Rapace. La introducción de su personaje, no sé por qué, obligaba a sacar al anterior de una manera fea, asquerosa, sin explicación lógica ni Doko – justo cuando yo y mi novio nos sentíamos identificados con la pareja al ver que se troleaban entre ellos igual que nosotros.
Cuando eso ocurrió, inocentemente pensamos que el personaje de Noomi podría en algún sentido ser bakan, porque así la introducen. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOT.
Para qué decirles que el personaje sólo cumple con un objetivo minúsculo sólo al final, y que entremedio es un mero adorno; cuando empiezas a odiarla te acuerdas de Perla (como que le robaron la vida o algo así). Pero lo más desagradable de todo eran los momentos de compartir la mesa. O sea, los protagonistas son ingleses, tiene un protocolo más que cuático con el ritual de la merienda, el té y todo eso; pero a la pobre la ponían comiendo a cada rato, y más encima como cerda. Toda su posible belleza exótica y demases, queda enterrada en el fondo de la tierra con esas actitudes que me molestaron de sobremanera. O sea si querían poner al pueblo gitano como personas honestas, como uno, quedan al nivel de Perla pero más ordinario. Al punto que con mi novio contamos todas las escenas en que la mina sale comiendo y de manera desagradable. Si yo fuera ella no me gustaría verme así, ni menos en una película como ésta. No se justifica para nada la salida de Adler con el personaje de Noomi. Es como quitarle un dulce a un niño, o quitarnos el doko a nosotros. FEO, FEO, FEO.
Bonus Track: Don Hans Zimmer se repite el plato componiendo la banda sonora de la película. La primera me gustó mucho, porque es muy novedosa y utiliza recursos musicales totalmente originales y poco frecuentes y que, quizá para los más puristas, no es del estilo propio de Hans. Quizá a los pocos sabiondos en el tema, lo podrían haber confundido con mi tío Danny Elfman, porque hay muchos recursos, acordes, usos de instrumentos que son similares. Pero Hans se arriesgó y cambió su estilo, sin perder originalidad y sentido lúdico de los temas y las sinfonías principales; llegando incluso a construir un leitmotiv destacable y reconocible para la película y sobre todo del personaje de Sherlock Holmes.
Antes de ver la secuela, escuché su soundtrack. Y es bueno porque es exactamente lo mismo que el de la primera película. No hay muchas variantes, se usan casi todos los mismos temas y la idea sigue siendo la misma. Quizá como tuvo buenos resultados, Hans Zimmer fue más inteligente, incluso que el mismo director de la cinta, al no querer arriesgarse a hacer grandes cambios. Ya que un compositor de scores de cine bueno comprende a la perfección lo que significa componer una saga sin tener que perder por ello la escancia del trabajo original. Sólo se realizan ciertas variantes incluyendo el leitmotiv en lo justo y necesario. Doko para Don Hans.
En síntesis, Sherlock Holmes: Juego de Sombras es una película con la que hay que tener ojo. El final es tan espectacular, que mucha gente se queda sólo con eso, y se olvida del parto que fueron los dos primeros actos. Tanta acción llega a aburrir, de la misma forma en que ciertas películas que tienen muchos diálogos y tiempos muertos tienden a chacrear.
Sea usted su propio juez. Si le gustó la primera y quedó metido véala. Para mí valió la pena sólo por el final y por Moriarty.
- Michelle (La novia más bella del mundo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario