Esta vez seré algo cruel. Así que si a ustedes les gustó mucho esta película, la encontró tierna, linda, bakan, monona o lo que sea no siga leyendo porque de seguro me odiará un poco. Lo dejo a su criterio.
Disney nos tiene acostumbrados a muchas cosas; historias maravillosas que nos hacen suspirar, cantar llorar y matarnos de la risa algunas veces. Hoy por hoy mi visión de lo que es Disney ha cambiado de sobre manera. No es que me desagrade, sino que vi la luz y tengo más clara la película.
¿Se han fijado que TODAS las películas Disney están revestidas de tragedias, muerte, familias disfuncionales, amores imposibles, gente psicópata, ególatra, narcisista, etc., etc., etc.? Podría seguir enumerando, pero para qué embarrarles la onda, de seguro ya se dieron cuenta.
“Bichos” se estrenó el año 1998, cuando Pixar aún era parte de Disney, por esa razón la película a simple vista puede verse como algo melosa. Pero no se deje engañar. It’s a trap! Bichos parece ser una película de guerra, onda WW2. Les explico.
Había una vez una colonia de hermosas e inofensivas hormigas que trabajaban día y noche juntando comida para el invierno. Desgraciadamente no era para ellas, sino para unos Saltamontes Badasses comandados por el inigualable Kevin Spacey (si, la vi en inglés). Este tipo obliga a las hormigas cada año a darles la mitad de lo que recolecten para su pandilla de saltamontes idiotas.
El asunto es que Flick, la hormiga de apellido Bad Cueva, que se las da de inventor pero se manda puras embarradas. En resumen, le falta Doko. Ah! Y está enamorado de la princesa hormiga que no da una y es más tonta que una puerta (Old Christine).
Las hormigas no tenían doko, y los saltamontes juraban que les sobraba pero a pura represión. Mala cosa. La embarrada queda cuando Bad Cueva destruye el ofertorio de los saltamontes, y pa’ más remate llegan y cachan que no hay comida. Los intimidan a lo nazi y les dan un plazo y les doblan la cuota de comida.